martes, 28 de mayo de 2013

UN SUEÑO PARA HACER AMIGOS

Una noche, en la que reinaba la obscuridad y el cielo cubría la faz de la tierra con brillantes estrellas Diego salió a dar un paseo por el jardín de su casa, él no quería ir a dormir temprano pues cada noche se le aparecía una niña, no era mala pues nunca lo agredía, pero le tenía miedo.

Ya habían transcurrido algunos años de la primera vez que la había visto, pero no le había dado importancia, así esa noche después de cenar decidió dar el paseo e ir a la cama, dijo: ¡todo es un sueño!, pasado un tiempo Diego se quedó profundamente dormido y comenzó a soñar que la niña andaba corriendo en su cuarto, siempre tenía la misma ropa, peinado y estaba sonriente, después de un rato se despertó, y no lo podía creer tenía a la pequeña frente a él, poco le hizo falta para gritar y salir corriendo.

No tengas miedo no te haré nada, dijo la niña: yo vivo aquí desde hace mucho tiempo y he estado siempre contigo, sé que me tienes miedo pero solo quiero platicar y jugar, nunca he tenido amigos, Diego se quedo mudo por un momento, después reaccionó y le dijo: pero, ¿Cómo voy a ser tu amigo? Yo no te conozco, ¿Quién eres?, y comenzó a hacer muchas preguntas.

Con mucha tristeza la pequeña le dijo: está bien lo entiendo si no quieres ser mi amigo ya no te visitaré más, pero seguiré aquí y te cuidaré, porque esta también es mi casa y no tengo a donde ir, comenzó a desvanecerse y desapareció.

A la mañana siguiente todo transcurría normal, pero Diego no podía sacar de su mente el recuerdo de aquella pequeña, después de pensar, tomó una decisión, seré su amigo, ella me dijo que solo quiere compañía y no puedo negársela, después de todo siempre ha estado conmigo.

Llegada la noche comenzó a llamarla y le dijo: quiero que platiquemos, para que no te sientas sola y después de eso, ¡se apareció!, para esto Diego ya había comprendido que no era una persona como las demás, sin embargo este ya no era el problema, comenzaron a platicar y él le pregunto: ¿Cómo te llamas? y ella le dijo: Angélica y desde entonces ya nunca estuvo sola.

Delia Rojas

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