domingo, 26 de mayo de 2013

La razón de nuestro silencio.

Caminaremos sujetadas de la mano, la gente pensara que somos una pareja feliz, que se da regalos en los aniversarios, que se manda mensajes de texto antes de dormir, que conoce a sus respectivas familias, que convive todos los domingos, que tienen peleas rutinarias que terminan después de una buena conversación, que se conocen y se complementan bien, que nos es indiferente lo que los demás piensen de esto, que ignoramos sus críticas y de sus bromas respecto a lo nuestro.

No saben que a veces nos intimidan las miradas de las personas, no tienen idea que pocas veces podemos celebrar nuestros aniversarios por falta de tiempo y de permisos, ignoran que tus padres desconocen esta relación y que los míos a veces la desaprueban. Ojala supieran ver que cada día te tenemos más dificultades para estar juntas, que siempre escuchamos murmureos de personas, que nos peleamos a cada 5 minutos y que nuestras peleas duran días enteros. No entienden que nos queremos con la misma intensidad y sinceridad que una pareja heterosexual.

No saben que yo me enamore de tu forma de ser y no de tu cuerpo ni en la forma de tu silueta y que tú lo hiciste de mí porque siempre lograba hacerte reír en los momentos más difíciles, no saben que estás conmigo porque te escucho, te apoyo en todo lo que haces y que nunca te he dejado sola.

Hay muchas que nos quedan por vivir juntas, pero además del hecho de vivir en un sitio en donde los homosexuales son una aberración de la naturaleza, donde tener un amigo así, te convierte en uno de ellos. Donde hay mucha controversia, un lugar en donde no hay intolerancia ni mucho menos respeto hacia los que somos esa “diferencia”.

Mitzi Castellanos

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