Es así como grandes cantidades de seres, entre ellos el humano. Intentaron acabar de una vez por todas con el mal. Todos fracasaron, como un rastro de su poca esperanza los animales e insectos se reunieron en un valle para discutir un movimiento más certero.
Entonces cada raza daba sus ideas, el humano arrogante desechaba las opiniones de sus compañeros argumentando que no había final para tal mal. La mayoría contagiada por la actitud negativa del humano se resignó, pero fue ahí cuando un insecto alzó la voz y prometió que les traería la luz a todos. Pesimista la comunidad se rió de aquella pequeña criatura.
Emprendió su viaje a lo más alto que habían llegado los demás, batiendo sus alas de forma apresurada se acercó a la nube y en un movimiento temerario aplico toda su fuerza para atravesarla. Mientras todos miraban asombrados al cielo, el humano reía y se burlaba de aquel pequeño insecto, diciendo que no lo lograría pero sonriendo nerviosamente.
Al llegar a la mitad de la tremebunda penumbra el insecto se estaba quedando sin fuerzas. Sin embargo de pronto alcanzó a ver un rayo de luz que se colaba dentro de la nube. Guiado por aquella hermosa luz, aceleró olvidando su dolor. En la tierra los demás la empezaban a perder de vista, el insecto siguió su camino hasta que se dio cuenta que la irradiación se acercaba hacia él con una velocidad asombrosa, perplejo se quedó inmóvil con tal demostración de belleza y poder.
Un relámpago era esa luz que golpeo sin piedad al insecto. Abajo todos asombrados se lamentaban de aquel triste final, el insecto dejo de moverse en el instante que lo golpeo este, mientras bajaba el camino que tanto esfuerzo le había costado, mientras los espectadores contemplaban tal triste final lo inesperado sucedió.
El cielo empezó a llorar la caída del insecto a la par de que más relámpagos hacían su aparición.
En el momento en que el insecto calló en el suelo el cielo dejo de llorar y la última lagrima en forma de gota toco la colita chamuscada del bicho. De pronto una luminosidad cegadora surgió de ahí. Los demás seres no pudieron hacer otra cosa que no fuera cerrar los ojos. Y cuando los abrieron no había más oscuridad, pudieron contemplar el ansiado sol que les hacía falta.
Todos aclamaron aquella hazaña del pequeño. A quien le había costado la vida, pero consiguió traer al mundo una nueva era de luz.
Cuando llego de nuevo la inevitable noche todos sabían que la luz regresaría.
Pero tú me preguntas ¿Que era aquel valiente insecto? ¿Por qué tuvo un triste desenlace? No, no tuvo un triste desenlace. Ya que le dio a sus compañeros la capacidad de dar luz en los lugares más tenebrosos que existen en esta tierra, quizás su hazaña fue olvidada pero su legado continúa. Estoy seguro de que tú las has visto. Se llaman Luciérnagas.
Se una luciérnaga en este mundo amable.
Cabrera Molina Alan Daniel.
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