Cuando en eso se encontró con otra de sus hermanas y le preguntó: -¿Por qué tienes esas manchas tan raras en tus hermosas alas?, y ella le respondió: -no lo sé, yo pensé que eran normales en todas nosotras.
Aquella mariposa se sintió extraña después de esta pequeña conversación y se fue a un árbol, donde pudiera estar sola. Y así pasaron muchos días, que se convirtieron en semanas.
Un día cuando el sol estaba iluminando al máximo, llego una polilla y le preguntó a aquella mariposa -¿Por qué estas tan sola aquí, mientras que tu familia esta revoleteando por todos lados?, y le contestó: -es que hace mucho tiempo me dijeron que era diferente a las demás, y eso me hizo sentir muy mal y decidí vivir sin tener contacto con ellas.
Y le respondió la polilla: -pero si eres muy bonita con esos colores tan brillantes en tus alas, aunque no te parezcas a las demás mariposas. Recuerda que todos somos diferentes en algunas cosas, aunque pertenezcamos a una sola familia.
En ese momento la mariposa entendió y comprendió todo lo que aquella polilla le había dicho. Se fue volando lo más rápido posible a donde estaba su familia, aquella la recibió con mucho gusto y nuestra mariposa les contó su experiencia, la cual había sido la causa de su regreso.
Toda su familia se alegro y le dijeron que no volviera a sentirse diferente, y que siempre la querrían tal y como es.
Alumna: Guadalupe Monserrat Ballinas Zárate.
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