Un primer factor al que se le puede atribuir dichos incrementos, son las afectaciones causadas por el brote de la influencia Aviar AH7N3 en granjas avícolas del Estado de Guanajuato, las cuales no ponen en riesgo la producción de huevo y pollo en el país; como lo argumentó Jaime Crivelli Espinoza, presidente del consejo directivo de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), en una entrevista que le realizaron reporteros del periódico la jornada a finales del mes de febrero 2013.
Un factor que ha propiciado el alza de dicho producto son las especulaciones mediáticas generadas por la gripe aviar, ya que solo ha afectado el 0.25 por ciento de la producción de huevo en el país. Sin embargo, las especulaciones vienen desde las grandes cadenas comerciales y distribuidores, los cuales compran a los granjeros el huevo a muy bajo costo y lo ofrecen al público con un incremento de hasta un cien por ciento más del precio real.
¿Se puede tipificar como un delito el alza del precio del huevo realizado por estos especuladores? La respuesta es sí, mediante el artículo 253 del Código Penal Federal, fracción I inciso A, se puede castigar hasta con tres a diez años de cárcel y con 200 a mil días de multa por especulación o el acaparamiento de productos básicos de primera necesidad.
¿Pero si existe tal regulación, como nos explicamos dichos incrementos? Esto es debido a que las instancias Federales encargadas de llevar a cabo estos reglamentos, no están trabajando como debieran. Instancias como La Procuraduría Federal de la Defensa del Consumidor (Profeco), La Secretaria de Economía Federal (SE) y La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) es obvio que no están desempeñando su papel, porque ya son casi dos meses con estos elevadísimos precios y no se ve que cambie tal panorama.
A este problema le aunamos la falta de una buena legislación que promueva buenas Prácticas comerciales; las mafias que especulan y acaparan el huevo parecen tener más poder que las Instituciones Federales, esta situación nos da motivo a especular también que estas instancias puedan responder a estos grupos de acaparadores y controladores de los precios de la canasta básica.
En nuestra entidad federativa el precio del cono de 30 huevos es de $70 pesos, es evidente que esto afecta a las familias con menores ingresos, como es el caso de Doña Martha Cruz, ama de casa y madre de cuatro hijos. Ella argumenta que al acudir a la tienda ya no le alcanza para comprar huevo, porque con los 150 pesos que gana su esposo quien es chalan de albañilería y que no tiene un trabajo fijo, solo le alcanza para comprar arroz, frijoles y tortillas, también nos dice que antes por lo menos unos huevitos le ponía a sus comidas. Termina su plática diciendo que ahora “ya los huevos valen lo mismo que la carne”.
Es preocupante esta situación, porque como bien sabemos el salario mínimo es de $62.33 pesos y ya no digamos los ingresos de las personas en extrema pobreza quienes sobreviven con el equivalente de menos de un dólar por dia, según estimaciones del Banco Mundial y que por consiguiente se ven imposibilitados a consumir productos avícolas.
La comercialización del huevo se ha visto afectada ante los incrementos excesivos, propiciando un fuerte golpe a la economía y a la alimentación de las familias mexicanas, mayo 2013.
Referencias Bibliográficas.
Elizabeth Velasco, Roberto González Amador, Fernando Camacho Servín (2013), “Especulación, no la gripe aviar, sube precios de pollo y huevo”, en
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