Pensé en refugiarme en la cocina, pero de inmediato supe que no alcanzaría a llegar a ella sin ser asesinado; por eso decidí meterme al baño que se encontraba unos pasos adelante. Empujé la puerta con fuerza, puse el seguro por dentro y me enrosqué bajo la regadera. Afuera se escuchaban sus grandes pasos y sus salvajes gruñidos.
Yo estaba temblando sentado en el suelo del baño, mientras él golpeaba violentamente la puerta, fué entonces cuando me percaté de que la pequeña barrera no contendría por mucho tiempo los ataques de la enorme bestia. Decidí salir del baño a toda prisa y correr por debajo de sus piernas para que no me atrapara. Milagrosamente conseguí hacerlo. Una vez afuera me incorporé y corrí hacia mi habitación.
Estaba en el último peldaño de la escalera cuando uno de sus largos tentáculos me sujetó de la pierna y me levantó por los aires. Otra vez sentí las descargas eléctricas que me cortaban como vidrios por todo mi cuerpo. En medio del sufrimiento alcancé a mirarlo con detalle desde lo alto. Era color púrpura con un enorme ojo en la cabeza. Tenía tres enormes tentáculos que producían potentes descargas eléctricas al entrar en contacto con algo.
Cansado de jugar conmigo decidió retacharme una y otra vez contra la pared hasta que perdí por unos instantes el conocimiento. Cuando volví en mí estaba tirado sobre las duelas de la sala con el cuerpo totalmente lacerado. Parecía que el monstruo se había marchado, por lo que traté de levantarme para buscar ayuda pero no lo conseguí. Ahora tendré que esperar que alguien reinicie el videojuego para lograr salir de aquí.
Daniel Osorio.
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