miércoles, 15 de mayo de 2013

EL LOCO

Algunas personas dicen que aquél hombre está loco, que su aspecto es el de un mendigo y deberían retirarlo de ahí en donde ha inventado su propio mundo. Yo lo observo y veo un hombre normal ¿acaso estaré también loco? El sujeto aquél forma parte de mi vida cotidiana. Todos los días lo veo cuando bajo la colina para tomar el taxi y lo observo nuevamente al regresar a casa. Él continua siempre en el terreno donde ha hecho su propio planeta. A veces está adentro. Botellas, llantas, fierro viejo, carpas y telas conforman su morada. Hay días en que está sentado bajo la enorme jacaranda tejiendo canastos de carrizo; viendo pasar su vida y la mía al mirarme.

Muchas veces he querido hablarle, decirle que admiro su fortaleza, oír de su boca historias para muchos desconocidas. Intentar platicar con él ha sido un reto. Nunca le he visto cruzar palabra con nadie, incluso he pensado en que tal vez sea mudo. No lo sé a ciencia cierta. La soledad en que vive es escalofriante. El loco sigue viendo la vida pasar.

Dicen que era un militar que recibió un balazo en el cráneo. El accidente lo sufrió dentro de las batallas del oficio. Desde entonces quedó loco. Su familia se ha olvidado de él y lo ha condenado a vivir en el exilio. Yo pongo en duda ésta hipótesis. El loco tiene cara de gente buena. Además le he visto la cabeza y no se le ve ningún hoyo.

Mi mamá dice que no está loco, que solo es una persona muy independiente. Mamá nunca me mentiría. He escuchado por la colonia que han metido una solicitud para destruir su improvisada casa, alegan que es “un peligro para la salud”. A cambio le construirán un pequeño cuartito en donde pueda estar mejor. Quieren matar dos pájaros de un solo tiro.

El loco camina por las calles sin un rumbo fijo. He investigado con los vecinos pero nadie sabe su nombre, ¿Y si le pongo uno? Lo conozco desde que tengo memoria; siempre ha vivido al bajar de la colina; entre aquél montón de cacharros que estoy seguro tienen mucha importancia para él. Cada objeto debe ser una historia. ¿Qué pasará ahora que se llevarán al basurero todo eso? Tal vez al verlo triste me decida a hablarle. Estoy seguro que tendrá historias extraordinarias que contar.

Hoy ya no he visto al loco de la colina. Hoy he visto a un hombre, a un individuo aislado del mundo que ha inventado una nueva forma de vida. Hoy quisiera ser también un loco que se pierda tras el horizonte en busca de historias y dejar de ser un cobarde que busca adrenalina en las aventuras de otros. Aguarden un momento y me verán aparecer vestido de café y zapatos negros. Comenzaré mi viaje.

Daniel Osorio.

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