Reconozcamos su poca inocencia, la mujer no es una construcción estática compuesta por un rostro lindo, un "buen" cuerpo, una mirada tierna y un espíritu débil. No lo es y no debe de serlo por ningún motivo.
Las mujeres deben luchar por lo que quieren, deben adorar sus deseos, valorar lo que sienten, amarse, cuidarse y volverse cada día más inteligentes. El poder está en gritar, bailar, sonreír, amar con intensidad, y dejarlo todo cuando se debe dejar.
Una mujer revoluciona si pelea, si va contra la corriente mientras esta se abalance hacia ella.
Una mujer mata, una mujer desea, una mujer vive, una mujer lucha y se reconstruye sola, se llena de ilusiones o decide dejarlas, una mujer, esa mujer es la revolucionaria.
La que te mira a la cara diciéndote que te ama, la que te toma las manos y te hace sentir, te hace vibrar y también llorar.
Viaani Coral Mendoza López
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