lunes, 10 de junio de 2013

Tiempo, Creación y Vida

No existe aún una medida para el tiempo que me permita regresar a un pasado supremamente remoto.
Esto fue hace mucho tiempo, cuando los titanes recientemente nos habían forjado a nosotras poderosas criaturas con una anatomía excepcional; pero basándose en sus antiguos proyectos "los animales".
Esta vez tenían algo mejor para nosotros declaraban. Nos dotaron de una poderosa máquina en nuestra cabeza, dándonos el poder del razonamiento y activando las emociones que aún estaban en prueba. Como prototipos nacimos. El objetivo era que pudiéramos desarrollarnos adecuadamente por nuestra cuenta. Dotándonos de libertad nos llevaron a su precioso mundo llamado Tierra para que viviéramos junto con lo que antes había sido creado y le diéramos una armonía utópica a ese lugar.
Fue así como llegamos, desnudos y sin ningún conocimiento a este paraíso. Nuestra maquina perfecta empezó a funcionar y en cuestión de pocos siglos alzamos de la propia tierra una innumerable cantidad de construcciones con todos propósitos, con el lema del desarrollo creamos todo tipo de herramientas y tecnología, con un crecimiento que no parecía tener fin. Nuestros creadores observaron orgullosos como convertíamos paso a paso su mundo en una maravilla tecnológica.
Fue ahí cuando un problema empezó a gestarse dentro de la utopía de los titanes, los "animales" y las plantas que antaño habían sido creadas por ellos mismos empezaron a tomar cada día menos importancia. Embelesados con el poder humano olvidaron a aquellas nobles criaturas que vivieron por 6 épocas en este mundo.

Los titanes habían olvidado, los seres superiores habían ignorado, todos menos uno. Un ser de maravillosa sabiduría que rara vez se interponía agresivamente en los asuntos de los demás. Respondía al nombre de Zelar. Aquel ser no podía soportar como sus congéneres sufrían a manos de este nuevo prototipo de los arrogantes titanes. Decidió viajar al lugar donde dio a luz a una de sus mejores creaciones, la tierra.
Zelar era un ser indescriptible aun en ese entonces, al verlo arribar nadie se interpuso y sentándose en su trono ordeno que le trajeran a una criatura de la tierra, que no fuera llamada humano. Los creadores emisarios de Zelar partieron en búsqueda de algún animal que cumpliera esos requisitos, y que sin duda sorprendiera a su amo. Se tomaron 2 épocas. Zelar espero como siempre sentado en su trono sin moverse en ningún momento aguardando el regreso de sus emisarios.
Hasta que por azares del destino durante una noche. Uno de sus emisarios cansado ya por el gran viaje buscaba resguardarse en un asentamiento de los humanos. Tomo la forma de un hombre y se adentró en la ciudad. Viendo depravación y perversión en cada esquina del lugar enfermo y sin ninguna salida, decidió buscar reposo en el hogar de uno de esos prototipos, entro cuidadosamente y cuando se disponía a tomar asiento un perro lo ataco sin piedad defendiendo el hogar de su dueño. Zelar en el mismo momento en que falleció su mensajero abrió los ojos y trajo a su corte a todos los titanes. Nuestros creadores, quienes ante la estadía de su maestro se habían amargado estaban ahora celosos de su poder. Habían tramado engañarle y hacerle creer que debía castigar a las demás creaciones no "racionales". Trayendo en ese instante también a su
corte al perro y a su “dueño”.

Dio comienzo el juicio. Zelar oculto como siempre sólo lanzaba sus sentencias castigando a ambos. Mientras los creadores observaban enfadados como lastimaban a su más estimada creación, entonces alzaron la voz en la corte y pidieron que para decidir al culpable debían de otorgarles la palabra teniendo en mente que el animal no podría argumentar nada en contra. Zelar les otorgo la palabra y el hombre inmediatamente habiendo comprendido la situación se alegó inocente, diciendo que su mascota había sido la única culpable. Termino su turno menciono el ser.

En el turno del animal los titanes rieron junto con el hombre y fundamentaron que esa inmunda criatura ni siquiera podía hablar, no era nada, no podía pensar, no sentía. Es como una planta dijeron, como una de tantas que nos aburrieron antes.

Terminó la corte y todos fueron despachados en sus lugares cotidianos, el hombre eufórico por su victoria acudió a la taberna de su pueblo pero esta vez con unos siniestros acompañantes. Fue ahí donde él y sus creadores empezaron a planear como vengarse de los animales y emprendieron una repugnante campaña para enterrar su más sucio “error” de una vez por todas, en ese preciso momento cuando ellos departían en la taberna. Zelar estaba con la pobre criatura a la que había herido injustamente, para sanar su propia consciencia le dio el don del habla y escuchó el poder de su cerebro pudiendo platicar con el. Aquel se llamaba Pyr y menciono que el sólo defendía a su señor pero en ningún momento pensó en herir. Zelar lo envió de regreso a su mundo no sin antes decirle que él era el encargado de proteger no solamente a sus congéneres si no también, proteger a los demás y a los propios humanos. Sin duda no esperaba lo que sucedería después.
Al llegar a su ansiada tierra no le tomo ni un segundo darse cuenta de la devastación que había visitado a su mundo, los hombres estaban asesinando a todo animal sin piedad alguna. Pyr se refugió con algunos de los pocos sobrevivientes y decidió que él no podría hacer nada por su cuenta, planeó charlar con los titanes quienes vivían en la montaña alta y tormentosa, partió con los pocos sobrevivientes. Dos de cada especie animal, su plan era reunirse con sus creadores y llegar a un acuerdo en donde todos pudieran vivir en paz, aunque ni siquiera Pyr conocía la respuesta e incluso todo el tiempo pensó en una solución. Jamás llego a una conclusión, armándose de valor entro a la fábrica de los creadores junto con su ejército de bestias. Sus adversarios sorprendidos le dieron la bienvenida pero le sonrieron con una daga escondida en sus mejillas.
Propusieron enviar de vuelta a sus antiguos hogares a sus acompañantes. A lo cual Pyr no tuvo objeción alguna. Solos con el defensor de las bestias decidieron ejecutar su plan, lo llevaron a un calabozo donde el pobre quedo encerrado por 5 épocas. Durante las cuales los constructores creían haberse burlado de Zelar y al mismo tiempo habían exiliado a los animales a un triste lugar en la tierra.

Llego la 6a época y con ella llego Zelar a inspeccionar el progreso de sus hijos. Los
hombres y titanes ya conociendo a su eminencia lo recibieron y con mentiras le dijeron que todo
estaba bien, su visita no era parte de la inspección estándar. De su regazo mostro una supuesta cura para ese mundo y la mejor arma para incrementar el desarrollo tan ansiado por ellos. Ingenuos observaban a Zelar quien sólo se despidió y le dejo los planos a los titanes, quienes inmediatamente después de la partida de su padre fueron a la fábrica a crear la “cura”.
Menuda fue su sorpresa cuando después de una época de procesamiento al buscar el resultado no hallaron nada. A pesar de que utilizaron sus mejores herramientas y maquinas no habían logrado su manufactura. El capataz ordeno que revisaran nuevamente los planos y se dieron cuenta de que habían cometido un grave error. Al borde inferior del pergamino de la receta el omnipotente Zelar había dejado una inscripción que decía:
"Mientras abusaban de aquellas criaturas lo observe todo gracias a mis hijas las plantas, quienes como testigos me mostraron la verdad. Decidí idear esta sentencia, pero más que nada es una cura. Ustedes han abusado del tiempo infinito que yo bondadosamente les otorgue y es así como les otorgo esta enfermedad, ustedes crearan sus vidas, harán lo que deseen con ellas pero tendrán un límite, un límite que les hará apreciar lo que realmente importa, un tiempo que jamás recuperaran pero servirá también para que todo mejore"
Al terminar de leer la inscripción los titanes no entendieron lo dicho y se dispusieron a continuar con sus creaciones. Un día después los titanes desaparecieron de este mundo, la fábrica se derrumbó y quedo cubierta por la montaña.

Ahora los seres vivos controlan su creación.
En cuanto a Pyr , él se convirtió en el leal guardián de Zelar. El regalo que esa criatura nos entregó. Se llama Muerte.

Cabrera Molina Alan Daniel.

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