No puedes escapar de la irá de mi
corazón, latiendo al ritmo de la canción de tu funeral. Estás tan solo. Toda fe
está perdida en el infierno y el amor se vuelve cenizas en nuestras manos
llenas de vergüenza. Tienes que ser valiente.
Déjame desangrar estas letras
salientes de un corazón roto y deja que éstas te lleven en un camino de
oscuridad donde pertenezco hasta que sienta de nuevo tu calor.
Abrázame, como lo hacías en vida
cuando todos los temores recobraron vida y me mataron. Ámame, al igual que amas
a la luz del sol amordazando la sangre en mi corazón de vampiro.
Seré las espinas de cada rosa que
has enviado en busca de esperanza. Seré la pesadilla que te despierte desde el
sueño de un sueño de amor, al igual que antes.
Déjame llorarte éste poema al
tiempo que se cierran las puertas del cielo. Pinta mi alma que está llena de
cicatrices y muy solitaria. Estoy esperando por tu beso que me llevará de
regreso a casa…
Tania Díaz Ramírez.
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