lunes, 10 de junio de 2013

Corazón.

No puedes escapar de la irá de mi corazón, latiendo al ritmo de la canción de tu funeral. Estás tan solo. Toda fe está perdida en el infierno y el amor se vuelve cenizas en nuestras manos llenas de vergüenza. Tienes que ser valiente.
Déjame desangrar estas letras salientes de un corazón roto y deja que éstas te lleven en un camino de oscuridad donde pertenezco hasta que sienta de nuevo tu calor.
Abrázame, como lo hacías en vida cuando todos los temores recobraron vida y me mataron. Ámame, al igual que amas a la luz del sol amordazando la sangre en mi corazón de vampiro.
Seré las espinas de cada rosa que has enviado en busca de esperanza. Seré la pesadilla que te despierte desde el sueño de un sueño de amor, al igual que antes.
Déjame llorarte éste poema al tiempo que se cierran las puertas del cielo. Pinta mi alma que está llena de cicatrices y muy solitaria. Estoy esperando por tu beso que me llevará de regreso a casa…



Tania Díaz Ramírez.

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