Vivimos en un país en donde, bien se puede aplicar aquella
frase de “la supervivencia del más apto” o la de “el que no tranza, no avanza”,
y es que es una realidad, el ser humano al tener necesidades, buscará la manera
de satisfacerlas y muy probable es que busque la manera más fácil y cómoda que
pueda realizar, y llámese esto al robar, matar, engañar, extorsionar, etc. Pero
hay gente que hace esto de una manera “elegante” por así decirlo (políticos,
gente de una buena posición social, empresarios importantes, etc.) y estos al
estar a la mira de toda una población se harán acreedores al papel de “personas
inspiradoras”, personas que son lo que cualquier ciudadano promedio quisiera
ser para así solucionar sus problemas, pero la gran desventaja es que, este
“ciudadano promedio” no cuenta con los recursos suficientes para hacer lo que
los “adinerados” hacen y es por eso la sobrepoblación de las prisiones del
país.
En lo personal, me gustó mucho la forma en que el autor
aborda estos temas, y más el de “Los alumnos” ya que al referirse de niños en
desventaja a otros niños, a niños pobres e indefensos que cambian (a la fuerza)
su infancia por trabajo para sobrevivir, es hablar de un tema que no es para
nada ficticio y que desgraciadamente ocurre en el mundo y que aunque haya
organizaciones encargadas para el resguardo e integridad de los derechos de los
infantes del mundo, no deja de existir. Pero hay otro problema, lo que el autor
llama “ciberniños”, aquellos niños que sólo conocen el mundo cibernético, qué
rara vez juegan con un objeto materializado y de los cuales, sus padres se
sienten orgullosos porque “le saben mucho a eso de la tecnología” pero no se
dan cuenta que esos niños, en algún momento necesitaran del mundo real, que cuando
no lleguen a tener aquellos privilegios sentirán un vacío interno que,
probablemente, llenen con drogas u otros vicios.
Dicen que los niños son el futuro del país, del mundo. Pues
bien, con niños que mueren de hambre, con niños abandonados que mueren en las
calles víctimas de la delincuencia, con niños que son explotados laboral o
sexualmente, con niños que crecerán en un mundo alterno a la realidad, con esa
idea, no creo que sea un futuro muy agradable.
Por otro lado, tenemos a la publicidad que, en este mundo, ha
tenido un gran impacto que lejos de ser favorable resulta ser desfavorable.
Favorable para aquellos que gozan de lujos y riquezas, desfavorable para
aquellos que tienen la mente vacía y que se dejan manipular por la publicidad
(especialmente por los medios televisivos) y esta gente viene siendo la de
bajos recursos que se dejan llevar por “promesas” que jamás se cumplen y los
encierran en un mundo en donde la pobreza nunca dejará de ser pobreza. La
publicidad crea monopolios que no dejan avanzar a las personas que quieran
superarse. El mundo está hecho para aquellos que tienen los recursos para vivir
cómodamente y no para aquellos que quieran sobrevivir. Mientras unos les dan
lujos a sus mascotas y despilfarran el dinero como si no hubiera un mañana, en
el sur del país, así como del continente americano y sobre todo en África, la
gente muere de hambre o de enfermedades curables.
Tania Díaz Ramírez.
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