El domingo por fin llega y yo aprovecho para despertarme tarde, pues durante la semana tengo que levantarme muy pronto para no llegar tarde a mis clases, ya que la escuela me queda un poco lejos.
Como las 11 de la mañana me hablan por teléfono, es un amigo llamado Iván y me dice que irá a jugar al campo de la secundaria a las 12 del día para que yo valla al partido, pues el campo queda muy cerca de mi casa.
Él me dice que terminando el partido iremos a tomar unas cervezas con otros amigos que juegan en el mismo equipo, como durante la semana ellos trabajan no tienen el tiempo para salir a dar la vuelta y solo los días de los partidos pueden estar con los amigos.
Al pasar por mi casa Iván me habla y yo salgo para irnos al partido, llegamos al campo y este comenzó, tras haber terminado el primer tiempo el marcador era cero a cero y yo ya estaba muy aburrido, pues el partido estaba pésimo y no veía la hora de que esto terminara.
El segundo tiempo comenzó, ya cada vez faltaba menos para que terminara el partido, cuando en una jugada en el área del equipo de mi amigo un defensa se barre con mucha fuerza y el jugador cae, el árbitro marca penalti a favor del equipo contrario y expulsa al defensa.
Este se enoja con el árbitro, pues no le gusto ser expulsado y lo empieza a empujar, cuando vi ya lo estaba golpeando y los jugadores no hicieron nada, pues decían que el árbitro era muy malo y no lo defendieron.
El árbitro termino todo golpeado y el partido se suspendió, después de todo se puso un poco divertido y terminó antes de lo esperado.
José Raúl Santiago Espinoza
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