UN PASEO POR LA CENTRAL DE ABASTOS
Viernes 24 de mayo de 2013, salí de clases y me dirigí a tomar el autobús que me transportaría a la central de Oaxaca, para después abordar el segundo camión que me llevaría a mi comunidad. Ya estando en la central me dirigí a comprar unos medicamentos para mi abuelo que está enfermo, crucé el mercado de Abastos y descubrí algo diferente.
Allí todos gritan, la señora que ofrece sus verduras, el señor que promociona sus productos naturales, la señorita que oferta la ropa que vende, etcétera, seguí caminando por uno de los pasillos del mercado y frente a mí, pasó un señor corriendo, parecía que escondía algo, tras él un joven que gritaba “deténganlo, me robó mi cartera, ¡deténganlo!”.
Continué mi camino y observé la gran variedad de productos que los oaxaqueños venden como fruto propio y para su beneficio, por eso es importante que apoyemos la economía local, ya que para éstas personas su principal fuente de ingresos es la venta de frutas, verduras, hierbas, y hortalizas que ellos mismos cosechan, así como demás productos de uso diario.
Estando en la farmacia pensé que todo había pasado, pues con tanta inseguridad el miedo abordó mi cuerpo y mi respiración se aceleraba, compré la medicina y me dirigí a la terminal de autobuses o mejor conocida como “central camionera”.
En mi camino me detuve a comprar unas frutas, a un costado mío estaba una señora comprando su despensa, cuando de pronto una persona se posó atrás de ella y le puso sus manos en sus oídos, en sólo unos segundos el sujeto salió corriendo, todo fue tan rápido, y me percaté que a la señora le habían robado sus aretes, ella no pudo hacer nada y se fue muy enojada. Llegué a la terminal y abordé mi autobús para regresar a Santiago Cuilapam de Guerreo, mi pueblo de origen.
Alumno: Irvin Daniel Vásquez Vásquez
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