Hay tantas personas y tanto tiempo detrás de mí, pero sólo extraño 3 años de mi vida. Ni mi infancia, ni la vieja casa, ni los perros que tuve, ni las mañanas cubiertas de nieve fuera de México, ni los atardeceres sombríos me traen tantos recuerdos como el bachillerato, extraño mi bachillerato.
Extraño llegar a ese pequeño lugar por las mañanas, me siento incompleto, como si hubiera dejado un pedazo de mí en las butacas pintadas, en las canchas de concreto, en los árboles mal cortados, en los salones vacíos. Extraño a mis compañeros, las risas, sobre todo las risas. Todos los días que pasamos juntos me pesan esta misma noche, el cigarro que cuelga de mi boca hace más pesado este sufrimiento. Sólo me quedan algunas fotos que me hacen humedecer los ojos y me cierran la garganta, extraño el bachillerato. La universidad es una mierda, la calle es una mierda, todos los que están ahora son una mierda, la secundaria fue una mierda, las primarias fueron una mierda, no hay nada como mi bachillerato y mis compañeros y mis maestros aunque a veces pésimos, pero qué divertido fue conocerlos y burlarme de ellos y que me sacaran de sus clases, y jugar fucho con los cuates todo el día sin entrar a clases ¡Qué carajos! los recuerdos me fulminaron ¿Por qué tuvo que acabar tan pronto eso? Tal vez debería ser al revés, o algo contrario, pero no me conformo. Todo, de ahora en adelante, será menos que mi bachillerato o por lo menos será una mierda.
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