La
piedra de la serpiente es un adoratorio pre colonial orientado de norte a sur, dentro del juego de
pelota de la zona arqueológica de “Las peñitas”, Reyes Etla. La relevancia que posee dicha
pieza radica en la serie de prácticas que se realizan sobre ella, las cuales
constituyen sin duda una herencia prehispánica relacionada con la cosmología de
los antiguos pobladores de dicha urbe y con los ritos de adoración a los dioses
prehispánicos.
El
sitio arqueológico en el que se encuentra posee una dimensión geográfica
considerable, tiene aproximadamente un kilómetro de este a oeste y unos 700
metros de norte a sur. Su fundación pudo ser durante la época de Monte Albán I
(500-200 A.C.). Es evidente que este sitio es un centro urbano y ceremonial en
el que es posible identificar más de treinta estructuras monumentales, entre
los que destacan templos, residencias, un juego de pelota y dos adoratorios.
La
piedra a la que hago referencia se encuentra ubicada en el centro del juego de
pelota, por lo que se piensa que fue colocada en este lugar después de ser
extraída del sitio en el que originalmente se encontraba. La importancia que
posee esta piedra no puede ser cuantificada si no se considera el significado
místico e histórico que posee para los pobladores de ésta localidad.
Como
Alfonso Caso lo menciona el arte
prehispánico resulta de una observación minuciosa del medio, pero la obra misma
no representa un ser, sino una idea, un producto de la fantasía, un ente que
vive sólo en el mundo irreal del mito. Esto se ve caramente reflejado en
las prácticas religiosas, pues ésta
serpiente labrada en piedra no representa un simple elemento, no es sólo un ser
mítico; su presencia en éste centro ceremonial adquiere un significado distinto
y más complejo al ponerlo en relación con todo el conjunto.
A
pesar de que la piedra ha sufrido desgastes y daños a través del tiempo,
originados a partir del proceso de exfoliación por la acción del viento, la
lluvia y el sol; el elemento continúa causando gran admiración al observador.
Éste adoratorio en forma de serpiente no deja lugar a dudas sobre la sutileza y
magnificencia del espíritu que alentó su elaboración. La acción imponente del
tiempo, del clima, de la herejía y de la ignorancia no ha sido suficiente para
abatir su belleza, e incluso han colaborado a incrementar el misterio que dicha
piedra alberga.
Hoy
en día es posible visitar este sitio arqueológico que aún no ha sido explorado
y encontrarse de frente con ésta histórica pieza. Incluso se puede observar
veladoras, flores, animales sacrificados y otros elementos que permiten inferir
que a pesar de los siglos se continúan haciendo ceremonias de adoración,
trabajos de limpia y hechicería sobre ésta serpiente. Posiblemente fue
utilizada como piedra de sacrificios en algún momento, y por éste motivo se ha
conservado la práctica de sacrificios animales sobre la piedra hasta nuestros
días.
El
hecho de que la población conserve a través de los siglos dichas prácticas
profanas es una muestra más del sincretismo religioso generado a partir de la
conquista espiritual, además de que es una herramienta para entender la visión
que éstos pueblos tienen sobre el mundo y el significado que le otorgan a los vestigios de su pasado.
Daniel Osorio
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