Ganja, cannabis, hachís,
kaya, Juana, mariguana y otros más son los diferentes nombres por los que se le
conoce a esta yerba tan controvertida, el cannabis sativo.
Para
los Rastafaris es una yerba sagrada que los comunica con su dios, para muchos y
muchas, es una droga y debe ser ilegal, para otros es una llave que te abre las
puertas a la cuarta dimensión, para otros más es una medicina, medicina del
alma o del cuerpo, como sea pero medicina. ¿Quién tiene la razón? ¿Los rastas?
¿Los médicos pachecos? ¿La gente común? ¿Los espiritistas? En lo personal,
pienso que estas preguntas no se pueden aplicar al problema de la legalización.
¿Quién
es el que debe decidir si debe ser ilegal o no? ¿Por qué lo debe decidir esa
persona o grupo de personas? ¿Quién le dio el poder o el derecho a esa persona (de
decidir qué debe ser legal o no)? ¿El pueblo a través de la disque democracia?
¿Dios? ¿Ellos mismos se autolegitimaron el poder de la legalización? Eso de ser
legal más bien es una farsa que corresponde al ámbito de la economía.
El
término Legal, quiere decir que tiene
el permiso de ser comercializada. El legalizar algo, es darle permiso a las
compañías de apoderarse de ese producto o mercancía.
Observemos un ejemplo
¿ustedes han consumido algo legal que no sea comercializado por una marca registrada
y que no entre en la categoría de mercado negro? A ver qué día nos dice el
gobierno que los tamales son ilegales (sería algo bastante estúpido de su parte,
pero es algo creíble).
Aquí
no aplican los fundamentos de los científicos, ni los del clero ni nada. El
punto es la comercialización de la ganja, en pocas palabras, quién se va a
quedar con el varo.
Me
aventuraré a imaginar lo que pasaría si la marihuana se legalizara en nuestro
país. Las empresas tabacaleras, al ser aprobada la legalidad de la cannabis, se
apoderarían inmediatamente de ella, y convertirían, algo totalmente natural, en
una mezcla de químicos y aditivos que nos consumiría centímetro a centímetro,
como lo ha hecho el “tabaco” hasta hoy, o más bien, los cigarrillos. Entonces se
instalaría una nueva guerra, tabacaleros contra narcos (que ya no serían narcos en ese entonces) o bien los narcos obligarían a los tabacaleros a
comprarles la yerba a uno solo, y si le compran, la mercancía más barata,
habría otra guerra, narcos contra narcos, y sería el mismo cuento do hoy.
El comercio
legal del cannabis, sería un negocio enorme, gigantesco. No creo que los
empresarios, políticos, y demás burguesía dejen pasar esa oportunidad de
enriquecerse. Políticos dueños de grandísimos comercios de marihuana, jefes
policiacos tratando de controlar más comercio clandestino para sacarle más
billete; el consumidor sería el único que tendría un cambio. La situación del
consumidor cambiaría, recibiría marihuana legal, pero totalmente contaminada y
alterada para que consuman cada vez más y más y todos se vuelvan unos
mariguanos adictos y se penalice de nuevo el consumo.
¿Será buena
la decisión de pedir la legalización de mariguana? ¿O la dejamos así como esta?
Para mi gusto, mejor la dejamos así, no sé qué piensas tú.
Pienso que
tratar con los narcos es más seguro que comprar churros adulterados.
Tal vez los dos te maten, cada uno en
su situación específica, pero la marihuana adulterada seria causa de muchas más
muertes de las que causa el narco
ahorita.
El alcohol
y el tabaco causan alrededor de 10,000 muertes directas en México (imagínense
las indirectas), por fumar mota no te puedes morir, para morir de una
sobredosis de pachequéz necesitarías
fumarte 30 kilos, pero tal vez te quedes dormido en el primer kilo si lo
intentas. Es más, la pobreza y el hambre en México, cobran más vidas que los narcos. Entonces, ¿es viable o no?.
Fernando Cruz Vicente
No hay comentarios:
Publicar un comentario