Blog del grupo 201 para la materia de taller de lectura y redaccion II
domingo, 28 de abril de 2013
UN DIA ENTERO EN EL PARQUE
Con el fin de elaborar una crónica urbana pase el día en un parque de la comunidad, desde la mañana hasta las primeras horas de la noche con breves descansos me dispuse a observar a los ciudadanos pasar, sentarse, descansar, esforzarse o escapar en ese lugar.
Las ocupaciones de estos individuos pueden notarse por su vestimenta, por el desgaste que ella porta. Pero no sólo eso, lo importante resulta encontrarse en su manera de mirar, sus expresiones, sus ojos y sus posturas que parecen petrificadas al andar.
En todos ellos parece haber ocupaciones, obligaciones y deberes que cumplir. En muy pocos se observa la tranquilidad y la alegría total fluir.
¿Por cuánto más permanecerían así? Disponiéndome a comunicarme con ellos, decidí mirar al cielo y en cierta forma fingir sorpresa en la mirada. Curiosos muchos voltean, y maravillados con el espectáculo que el atardecer ofrece en el cielo la mayoría sonrió. Si bien algunos siguieron su andar, y otros estáticos se inclinaban al cielo; no había ninguno que no volteará al menos 3 veces hacia el firmamento.
La vida transcurre sin nunca parar en cualquier lugar de la ciudad. En la mañana la mayoría despierta y se prepara para cumplir con las obligaciones del mundo social. Mientras nuestras manos ven pasar un infinito número de tareas algo sucede a nuestro alrededor.
A la par de nuestra vida “laboral” el sol da paso a la luna y la noche devora la tarde. Los astros pasan a nuestro lado y ocupados continuamos preocupados. Es un cuento de nunca acabar, y en sus raíces quisiera pensar que nuestro único error es no poner atención.
Esta vida cotidiana para algunos es una locura, el no ver a los lados embate a la inspiración. Por ello caemos en desesperación. Sumergidos en corrupción creemos estar. Dejando pasar sin cesar a esos detalles nos confinamos a una dualidad.
La noche dará paso al día, la luna es un emisario del sol. Podríamos deducir en un momento, cualquiera que sea; que el rocío de la mañana nace de la luna y es en las luces artificiales de la ciudad en donde se esconde una romántica caminata.
Cabrera Molina Alan Daniel
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