domingo, 28 de abril de 2013

CRONICA DE HELIO

Oaxaca de Juárez 24 de Abril 2013 Oaxaca, en el centro de la capital de nuestro estado se encuentran establecidos diversos comercios y vendedores ambulantes de todo tipo que alegran y llenan de vida este espacio turístico. Entre ellos están los globeros, que desde las 9 de la mañana comienzan a arribar al zócalo; desde niños a adultos, al parecer es un oficio de familia, algunos vendedores se saludan entre sí, mientras otros se apartan lugares. Ya establecidos, esperan que la gente comience a llegar y con ello las ventas. Ya dadas más de las diez, los turistas y oaxaqueños transitan de manera más fluida por el centro. Se empiezan a ver las primeras ventas, la mayoría son niños, son su mejor sector; tampoco faltan los enamorados, que llevan de obsequio algún globo con frases como: “te amo, me gustas, feliz aniversario”, etc… Cuando los días de venta son buenos, los globeros vuelven a los lugares cercanos que tienen o rentan como bodegas para ir a traer más, pero cuando los días son malos, tienen que ir guardar la mercancía. El señor Luis Hernández, globero desde hace más de diez años comenta que ganarse la vida vendiendo globos no es nada fácil. A veces hay días buenos y malos, la mayoría ninguno de los dos, los días festivos y la mercadotecnia les ayuda en fechas como el 14 de febrero para incrementar sus ventas. Pero también la economía de las familias oaxaqueñas se ha visto afectada y con ello ya no es común comprar “por comprar” o por gusto un globo. El señor Hernández argumenta los beneficios de ejercer aún este oficio. Es una “tradición” y un “orgullo” comenta, pero también es un riesgo como cualquier otro trabajo de la calle; y más en estos tiempos donde la seguridad es poco vista en Oaxaca y los conflictos políticos son un “volado” para ellos. Como el 2006 los hijos de los maestros y la gente que pasaba, les dejaban ganancias arriba de los 500 pesos diarios. “La venta era más libre para los comerciantes independientes” sonríe el señor Luis, pero en otras ocasiones esos conflictos y desalojos espantan a la gente y no hay ventas. En testimonios de los vendedores podemos ver que aunque todo pareciera que fuera un oficio sencillo de hacer, ser globero tiene sus complicaciones, como que los globos se vuelen, que se vayan sin pagar, que les malbaraten los globos, o que se les desinflen. Así como los constantes choques con los supervisores del municipio o los vendedores contrarios. Si bien parte del día a día de los Oaxaqueños es ganarse la vida yendo a sus trabajos, estas familias de vendedores ambulantes salen a exponerse sin un lugar fijo que los proteja de algún crimen. Salen sin saber si ganaran o no lo suficiente para alimentar a su familia, esto es un oficio mas entre otros en el estado que se han ido perdiendo o que solo permanecen por herencia debido a que muchos buscan otra calidad de vida y con ello una formación a nivel superior; que hace que vean de menos cualquier oficio, lejos de complementarlo con sus profesiones. Oaxaca representa un estado tradicional aunque muchas veces eso no es de agrado a la ciudadanía, se confunden tradiciones y cultura como un factor que representa el poco desarrollo económico del estado, que no ha abierto sus puertas por completo a la industrialización como otros estados del país; esta visión hace que dentro de algunos años futuros sea muy escaso encontrar en la calle globos, elotes, tamales, y cualquier otro producto que el ambulantaje nos ofrece, después los encontraremos solo en comercios y tiendas establecidas. El hecho aquí no es adquirir un producto, es no degradar y olvidar oficios que han caracterizado a nuestro estado desde décadas atrás, no es el globo en sí, es la unión entre niños que juegan sanamente por el centro de la ciudad. Y no reproducir la imagen de la familia contemporánea pegada al televisor y a la tecnología. Evelyn Yarabit Santiago Perez

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