sábado, 27 de abril de 2013

NOCHES DE OAXACA

Es fin de semana, es sábado por la noche y sólo hay una cosa por hacer: salir al centro histórico de Oaxaca. Recorrer sus calles alumbradas tenuemente, con esa luz que hace resaltar los conjuntos arquitectónicos, legado de un pasado admirable. Este recorrido comienza desde el zócalo, el ambiente es cálido y se aprecia a la gente admirando la catedral comprando golosinas, niños jugando, jóvenes esperando por sus amigos, personas sentadas en las bancas conversando, gente disfrutando de comida y bebidas en los restaurantes aledaños. La gente no se deja de mover, viene y va. Ver el zócalo vacío no es muy común y menos un sábado por la noche. Caminando rumbo al andador turístico nos podremos encontrar rostros conocidos y también desconocidos. Ver a gente extranjera maravillarse por nuestra ciudad siempre me parecerá extraordinario. Caminar por el andador turístico es fascinante, nos encontramos de todo, desde edificios coloniales hasta los negocios más modernos. Nos movemos de prisa porque la gente comienza a ser más y más. Nuestro destino es llegar al atrio de la iglesia Sangre de Cristo, en donde nos reuniremos con algunos amigos y así proseguir con nuestro recorrido del centro histórico. La noche es larga, pero a su vez corta cuando se trata de pasar un tiempo agradable con amigos, ir caminado hasta entrar a uno que otro bar. Platicar de cualquier cosa mundana, reír a carcajadas. Abrirnos paso entre la gente. Sentarnos para descansar un rato y después seguir con nuestro trayecto que siempre tendrá un final inesperado, pero que deja muchas memorias que contar después. Tania Díaz Ramírez.

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